ACUCAR: En Asturias, espiar, mirar a escondidas.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Nepal. Día 7. Jumbesi - Nunthala

 


17 de octubre. Ritual mañanero, vistete y vete de los primeros al baño o te arrepentirás, recoge el saco, monta mochilas y petates y a desayunar. Una buena tortilla, un pancake de manzana y un Black tea hacen que el cuerpo esté listo para darle caña, así que a las 8 de la mañana, con el uniforme habitual y las mochilas al hombro recorremos las calles de Jumbesi, rumbo a tierras sherpas. 
Disimula y no mires a la cámara
Tras cruzar el río que da nombre al pueblo, comenzamos una tranquila subida que nos dejará sobre una arista por encima de la aldea, desde la que en días claros se puede tener la primera vista del Everest, Thamserku y Mera Peak, nosotros nos tuvimos que conformar con una fotografía que tenía un abuelo de una casa cercana, ya que el día no ofrecía las mejores condiciones para las vistas. Tras un constante sube y baja, en el que superamos los tres mil metros, rodeados por bosques y schortens, descubriendo cocinas solares y empapándonos de la cultura Nepalí con las historias que nos va contando Krisna, descendemos hasta alcanzar el puente colgante que cruza el río Dudhkund (2.635 m), desde donde se inicia la subida hacia Taksindu Pass. Una vez en el puente ya conseguimos ver las casas de Ringmu, el punto elegido hoy para comer. Parece que nos hemos puesto todos de acuerdo y coincidimos en el mismo sitio con los estadounidenses, canadienses y australianos. Durante la espera de la comida alguien da el aviso y todos salimos corriendo a ver el espectáculo, interminables trenes de mulas están atravesando el pueblo ataviadas con coloridas mantas y cascabeles, y cargadas de comida, bombonas de gas y latas de combustible, tardaríamos poco en cansarnos de mulas en el camino, ya que dificultan el paso y pueden resultar peligrosas cuando se les ocurre ponerse a dar coces.
Un tren de mulas cargadas de combustible acompañadas de un...no se si llamarle...pastor
El cielo amenaza lluvia con lo que optamos comer lo más rápido posible y salir raudos y veloces del Lodge, tanto que Rbkina se olvidó las cintas rotulianas y tuvo que dar la vuelta a buscarlas. Alcanzamos Taksindu Pass (3.076 m) tras una bonita subida con un leve “orbayu”, confiados en que al otro lado el tiempo nos diera cierto margen para llegar a Nunthala sin mojarnos excesivamente. Poco después de comenzar la bajada, y pese a la amenaza de lluvia, decidimos visitar un espectacular monasterio situado en el margen derecho del camino, rodeado de tierras de cultivo y en el que podemos escuchar a los pequeños monjes recitar lecciones y mantras dentro de la escuela. Aquí por un malentendido perdimos a Edu, que se quedó esperándonos en una puerta del Monasterio mientras nosotros salíamos por otra…I´m sorry Edu
Monasterio de Taksindu
Los casi 900m de bajada hacia Nunthala se hace de forma bastante penosa ya que los continuos arroyos que atraviesan el camino, mezclados con los rastros que dejan los trenes de mulas, dejan ,como dirían los argentinos, el piso muy resbaladizo, y se suceden los traspiés.
En un momento de la bajada en el que iba un poco rezagado, me encontré con un casa construida con bambú trenzado, ramas y hojas de periódico, de la cual salieron una señora de edad muy avanzada y tres niños descalzos  y apenas vestidos, con las expresiones más tristes que he visto nunca. La sensación de pobreza y desamparo que transmitían no la había sentido en toda mi vida, no hablaban, no pedían nada, tan solo me seguían a cierta distancia, y yo no hacía más que  pensar con una enorme frustración que no podía hacer nada, que no tenía nada en mi mochila con lo que poder ayudarles…hasta que recordé una barrita energética que llevaba en la seta de la mochila, me acerqué a un banco de madera de los que utilizan los porteadores para descansar sus bultos, y el simple hecho de pararme y llevar las manos al cinturón de anclaje de la mochila para quitármela, fue una explosión de alegría, empezaron a gritar riendo, uno se agarraba a una de mis piernas saltando, otro a un bastón, otro se agarraba a mi subido encima del banco…increíble. Todavía no se ni cómo, pero conseguí poner un poco de orden, sacar la barrita, partirla en tres trozos y repartirla, es increíble que se pueda hacer a alguien tan feliz con tan poco, se fueron con una alegría como si les hubiese dado todo el oro del mundo, pero supongo que en este pequeño rincón del planeta el valor material de las cosas es mucho más simple que el que le damos nosotros, comer se convierte en una lucha diaria. Ese encuentro me dejó marcado.
Los tres protagonistas del día.
Continúo camino, Rbkina me está esperando más abajo de charleta con Kirshna, y poco después nos reencontramos con Edu, el pobre ha bajado corriendo desde el monasterio, de salto y salto se le ha caído el plumas en medio del camino entre barro y excrementos de mula y ha tenido que lavarlo en el río…vamos lo que se llama una gran putada.
Poco después llegamos a Nunthala (2.200 m), una pequeña aldea situada en una ladera sobre el río Deku, en el que tras pasar un buen rato de risas con unas mujeres del pueblo nos alojamos en el Himalayan Trekker Lodge, donde coincidimos de nuevo con las dos chicas austriacas y su guía. Un pequeño y acogedor salón hace las veces de comedor y de zona de reunión para todos, por lo que cena y sobremesa transcurre alrededor de la estufa entre anécdotas de unos y aventuras de otros. Como de costumbre nos vamos para la cama a la hora de las gallinas, un poco de lectura, grabar el diario y a dormir…mañana toca etapa larga, entraremos en el valle del Dudh Koshi Nadi, río que acompañaremos hasta su nacimiento en el glaciar que desciende del Cho Oyu, el Ngozumba Glacier, y alimentado por los ríos que emergen de otros glaciares como el Khumbu o el Ama Dablam…to be continued



El sendero que sube de Jumbesi.


Krishna, Rbkina y Edu rodeando un chorten, dejandolo a su derecha.


Tras la curva del fondo y escondidos entre las nubes, Everest, Mera Peak, Thamserku...si, si, ya se que no los veis, pero es que yo tampoco los veía.

Cocina solar para calentar agua, y no, no tengo ni idea de que hace Rbkina ahí detrás.


Nos dirigimos al fondo del valle, hacia el río Dudhkund

Puente sobre el río Dudhkund

Últimos metros de subida a Ringmu.


Esta stupa preside la entrada al pueblo.


El sheriff de Ringmu


Los indicadores son escasos así que saco esta foto a modo de recuerdo de que alguno si que había.

El club anglosajón.





Que no sea porque no se anuncie.

Dry

Mujeres trabajando la tierra.


Por primera vez vemos una referencia de Namche Bazaar

Un porteador en los últimos metros de subida a Taksindu Pass

Todavía escucho sus carcajadas corriendo con su hermano alrededor de la stupa de Taksindú.

Niños jugando en Taksindu, Rbkina mucho mirar pero no consiguió ganar ni una partida.


Edu recortado en silueta.


El little monk que nos mostró el monasterio.
  
Vigilando el patio desde la atalaya, no se me escapa nada...
Este joven porteador cargaba, al igual que todos, más que las mulas.


Luz.


Los vecinos de Nunthala nos demostraron una hospitalidad y una alegría enorme.


Tarde de té.


Si fuera un libro se llamaría "Aprendiendo a equipar con Joseba"


¡Que atención ponemos todos! ¿quién será el artista que está contando la batallita esta vez?



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