17 de octubre. Ritual mañanero,
vistete y vete de los primeros al baño o te arrepentirás, recoge el saco, monta
mochilas y petates y a desayunar. Una buena tortilla, un pancake de
manzana y un Black tea hacen que el cuerpo esté listo para darle caña, así que
a las 8 de la mañana, con el uniforme habitual y las mochilas al hombro
recorremos las calles de Jumbesi, rumbo a tierras sherpas.
|
Disimula y no mires a la cámara |
Tras cruzar el río que
da nombre al pueblo, comenzamos una tranquila subida que nos dejará sobre una
arista por encima de la aldea, desde la que en días claros se puede tener la
primera vista del Everest, Thamserku y Mera Peak, nosotros nos tuvimos que
conformar con una fotografía que tenía un abuelo de una casa cercana, ya que el
día no ofrecía las mejores condiciones para las vistas. Tras un constante sube
y baja, en el que superamos los tres mil metros, rodeados por bosques y
schortens, descubriendo cocinas solares y empapándonos de la cultura Nepalí con
las historias que nos va contando Krisna, descendemos hasta alcanzar el puente
colgante que cruza el río Dudhkund (2.635 m), desde donde se inicia
la subida hacia Taksindu Pass. Una vez en el puente ya conseguimos ver las
casas de Ringmu, el punto elegido hoy para comer. Parece que nos hemos puesto
todos de acuerdo y coincidimos en el mismo sitio con los estadounidenses,
canadienses y australianos. Durante la espera de la comida alguien da el aviso
y todos salimos corriendo a ver el espectáculo, interminables trenes de mulas
están atravesando el pueblo ataviadas con coloridas mantas y cascabeles, y
cargadas de comida, bombonas de gas y latas de combustible, tardaríamos poco en
cansarnos de mulas en el camino, ya que dificultan el paso y pueden resultar
peligrosas cuando se les ocurre ponerse a dar coces.
|
Un tren de mulas cargadas de combustible acompañadas de un...no se si llamarle...pastor |
El cielo amenaza lluvia con lo
que optamos comer lo más rápido posible y salir raudos y veloces del Lodge,
tanto que Rbkina se olvidó las cintas rotulianas y tuvo que dar la vuelta a
buscarlas. Alcanzamos Taksindu Pass (3.076 m) tras una bonita subida con un leve “orbayu”, confiados en que al otro lado
el tiempo nos diera cierto margen para llegar a Nunthala sin mojarnos
excesivamente. Poco después de comenzar la bajada, y pese a la amenaza de
lluvia, decidimos visitar un espectacular monasterio situado en el margen
derecho del camino, rodeado de tierras de cultivo y en el que podemos escuchar
a los pequeños monjes recitar lecciones y mantras dentro de la escuela. Aquí
por un malentendido perdimos a Edu, que se quedó esperándonos en una puerta del
Monasterio mientras nosotros salíamos por otra…I´m sorry Edu
|
Monasterio de Taksindu |
Los casi 900m de bajada hacia
Nunthala se hace de forma bastante penosa ya que los continuos arroyos que
atraviesan el camino, mezclados con los rastros que dejan los trenes de mulas,
dejan ,como dirían los argentinos, el
piso muy resbaladizo, y se suceden los traspiés.
En un momento de la bajada en el
que iba un poco rezagado, me encontré con un casa construida con bambú
trenzado, ramas y hojas de periódico, de la cual salieron una señora de edad
muy avanzada y tres niños descalzos y
apenas vestidos, con las expresiones más tristes que he visto nunca. La
sensación de pobreza y desamparo que transmitían no la había sentido en toda mi
vida, no hablaban, no pedían nada, tan solo me seguían a cierta distancia, y yo
no hacía más que pensar con una enorme
frustración que no podía hacer nada, que no tenía nada en mi mochila con lo que
poder ayudarles…hasta que recordé una barrita energética que llevaba en la seta
de la mochila, me acerqué a un banco de madera de los que utilizan los
porteadores para descansar sus bultos, y el simple hecho de pararme y llevar
las manos al cinturón de anclaje de la mochila para quitármela, fue una
explosión de alegría, empezaron a gritar riendo, uno se agarraba a una de mis
piernas saltando, otro a un bastón, otro se agarraba a mi subido encima del
banco…increíble. Todavía no se ni cómo, pero conseguí poner un poco de orden,
sacar la barrita, partirla en tres trozos y repartirla, es increíble que se
pueda hacer a alguien tan feliz con tan poco, se fueron con una alegría como si
les hubiese dado todo el oro del mundo, pero supongo que en este pequeño rincón
del planeta el valor material de las cosas es mucho más simple que el que le
damos nosotros, comer se convierte en una lucha diaria. Ese encuentro me dejó
marcado.
|
Los tres protagonistas del día. |
Continúo camino, Rbkina me está
esperando más abajo de charleta con Kirshna, y poco después nos reencontramos
con Edu, el pobre ha bajado corriendo desde el monasterio, de salto y salto se
le ha caído el plumas en medio del camino entre barro y excrementos de mula y
ha tenido que lavarlo en el río…vamos lo que se llama una gran putada.
Poco después llegamos a Nunthala
(2.200 m),
una pequeña aldea situada en una ladera sobre el río Deku, en el que tras pasar
un buen rato de risas con unas mujeres del pueblo nos alojamos en el Himalayan Trekker
Lodge, donde coincidimos de nuevo con las dos chicas austriacas y su guía. Un
pequeño y acogedor salón hace las veces de comedor y de zona de reunión para
todos, por lo que cena y sobremesa transcurre alrededor de la estufa entre
anécdotas de unos y aventuras de otros. Como de costumbre nos vamos para la
cama a la hora de las gallinas, un poco de lectura, grabar el diario y a
dormir…mañana toca etapa larga, entraremos en el valle del Dudh Koshi Nadi, río
que acompañaremos hasta su nacimiento en el glaciar que desciende del Cho Oyu,
el Ngozumba Glacier, y alimentado por los ríos que emergen de otros glaciares
como el Khumbu o el Ama Dablam…to be continued
|
El sendero que sube de Jumbesi. |
|
Krishna, Rbkina y Edu rodeando un chorten, dejandolo a su derecha. |
|
Tras la curva del fondo y escondidos entre las nubes, Everest, Mera Peak, Thamserku...si, si, ya se que no los veis, pero es que yo tampoco los veía. |
|
Cocina solar para calentar agua, y no, no tengo ni idea de que hace Rbkina ahí detrás. |
|
Nos dirigimos al fondo del valle, hacia el río Dudhkund |
|
Puente sobre el río Dudhkund |
|
Últimos metros de subida a Ringmu. |
|
Esta stupa preside la entrada al pueblo. |
|
El sheriff de Ringmu |
|
Los indicadores son escasos así que saco esta foto a modo de recuerdo de que alguno si que había. |
|
El club anglosajón. |
|
Que no sea porque no se anuncie. |
|
Dry |
|
Mujeres trabajando la tierra. |
|
Por primera vez vemos una referencia de Namche Bazaar |
|
Un porteador en los últimos metros de subida a Taksindu Pass |
|
Todavía escucho sus carcajadas corriendo con su hermano alrededor de la stupa de Taksindú. |
|
Niños jugando en Taksindu, Rbkina mucho mirar pero no consiguió ganar ni una partida. |
|
Edu recortado en silueta. |
|
El little monk que nos mostró el monasterio. |
|
Vigilando el patio desde la atalaya, no se me escapa nada... |
|
Este joven porteador cargaba, al igual que todos, más que las mulas. |
|
Luz. |
|
Los vecinos de Nunthala nos demostraron una hospitalidad y una alegría enorme. |
|
Tarde de té. |
|
Si fuera un libro se llamaría "Aprendiendo a equipar con Joseba" |
|
¡Que atención ponemos todos! ¿quién será el artista que está contando la batallita esta vez? |
No hay comentarios:
Publicar un comentario