ACUCAR: En Asturias, espiar, mirar a escondidas.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Nepal. Día 6. Sete- Lamjura Pass- Jumbesi






16 de octubre. Amanece tímidamente sobre la ladera sur del valle del río Kinja, en la que está situado Sete. La fría y estrellada noche que nos envolvía hace unas horas, ha dado paso a una mañana también fría pero con alguna que otra nube, lo cual presagia que el habitual encapotamiento que se produce a eso de las tres de la tarde, se adelantará irremediablemente. Rbkina y yo compartimos una tortilla de verduras y unos pancakes de chocolate y manzana regados con Black tea, que a la postre resultaría poco, y nos ponemos la mochila en los hombros.
Foto recuerdo con el amable dueño del Lodge de Sete.
La primera parte del día se presente ante nosotros sin darnos la más mínima tregua para digerir el desayuno, ya que debemos salvar los aproximadamente 1.000 m que nos separan del Lamjura Pass (3.530 m), punto más alto del recorrido entre Jiri y Namche Bazaar. El camino asciende empinadamente por un denso bosque húmedo, con nudosos arces y abedules y enormes rododendros recubiertos de líquenes y musgo, combinado con trabajados tramos de escaleras y aderezado con numerosos chortens y stupas que debemos rodear dejándolos siempre a nuestra derecha. Resulta curioso pensar como en el Pirineo y demás cordilleras de la península, la vegetación comienza a desaparecer gradualmente a partir de los 1.500 m, siendo la roca a partir de los 2.500 m la única protagonista, y aquí estamos a 3.000 m rodeados de frondosos bosques y tierras de cultivo.
Rbkina y Edu por el bosque de rododendros.
En Goyam, a unos 3.200 m, realizamos una pequeña parada para tomar un té, mientras vemos como las nubes van ganando terreno sobre el paso que tenemos que alcanzar, interrumpiendo también de esta forma el tráfico de las avionetas que circulan entre Katmandú y Lukla.
Rodeados por la niebla y con la reserva de carbohidratos encendida y pitando estrepitosamente, alcanzamos los 3.530 m de Lamjura Pass, el que será durante unos días para Rbkina, para mi, para Edu y alguno más, nuestro record de altitud ya que este punto supera la cota de cualquier cima de la península ibérica, si, si, si, ya se que el Teide son 3.718 pero mírate bien un plano porque está en Canarias, no en la península. Este será nuestro punto de avituallamiento, en el Lamjura Snow View, un oscuro y acogedor Lodge en el cual comemos de maravilla y en exceso, se suceden los turnos para sentarse junto al fuego y darle al fuelle, y donde conocemos a dos simpáticas hermanas austriacas. Sopa de verduras, patatas salteadas, arroz con verduras, momos (una mezcla entre las empanadillas españolas y los pierogis polacos), un auténtico banquete al que solo le falta la copa y el puro, pero toca volver a coger la mochila y reemprender el camino, ¡en pié pandilla de vagos!.
Vigilados de cerca por la niebla, iniciamos el descenso hacia Jumbesi por un marcado sendero entre rododendros y alguna que otra casa, en busca de un poco de sol que nos caliente la espalda.
Justo antes de llegar a Jumbesi, tomamos un desvío a la izquierda para visitar un impresionante monasterio situado en una ladera sobre el pueblo. Tierras de cultivo muy bien preparadas, animales, edificios para el alojamiento de los monjes, el centro de culto y una esplendida escuela, forman las instalaciones del monasterio de Jumbesi, el cual visitamos en compañía de un joven monje. En el recinto se respira una sensación de paz y tranquilidad gratificante, que acompañada de la amabilidad de los monjes invita a relajarse por completo. Lo que más nos llama la atención es la escuela, aulas sin sillas ni pupitres, sólo alfombras y cojines, pizarras en las que aún están reflejadas las últimas lecciones de inglés, una foto del Dalai Lama, imágenes de Budha y sus enseñanzas…
Silence is Prayer. Prayer is Faith. Faith is Love. Love is Service. Service is Peace.
Tras dejar un pequeño donativo, nos encaminamos hacia Jumbesi (2.700 m) donde nos alojamos en el Sherpa Guide Lodge, en el que tras una ducha reparadora y un té calentito, pasamos la tarde un rato leyendo y otro compartiendo experiencias con otros trekkers alrededor de la estufa. A las 7 la cena, macarrones y apple pie, buena compañía y Krishna cantando la cucaracha ¿qué más se puede pedir?...to be continued





La vida cotidiana.

Encontramos al hijo de Sandokan.

El niño de rayas esta dentro de un tronco movil, vale, vale, sin ruedas, pero os juro que era en forma de coche.


Krishna, el protagonista de la película, luciendo palmito.



El camino que lleva al Lamjura Pass

Aproximándonos al Lamjura Pass, con la niebla al acecho. 


Entre banderas

La stupa de Lamjura.

Los deliciosos momos...me da hambre solo de verlos.

Rbkina que siempre anda lista, pilla sitio junto al fuego con Krishna y un aventurero de Virginia.

Nuestras amigas austriacas.

Praying on the top

Estas banderas han dejado de rezar.

Por el bosque hacia Jumbesi

Se moría de risa cuando le enseñé la foto


Un recodo del camino presidido por el Om mani padme hum, el mantra más famoso del mundo del budismo

Downstairs way

En el fondo del valle Jumbesi, sobre él, en la ladera de la izquierda, el monasterio.

Este little monk nos enseño las instalaciones del monasterio

Last lesson

No todo va ser rezar y estudiar...

Salimos del monasterio por la puerta orientada a Jumbesi
Nuestra humilde morada en el Sherpa Guide Lodge de Jumbesi


En el interior del Lodge, Rbkina acucando fuera del toilet


Dinner time...más de eso ya no puedo abrir los ojos..

Presidiendo la sobremesa, la estufa, pegado a ella, Stoner, que sigue dando muestras de flaqueza.




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