Suunto toca diana algo más temprano de lo habitual. Hoy es la etapa reina de nuestro tour particular y conviene exprimir las horas de sol. Rbkina no ha pasado buena noche, continúa afectada por la altura y el esfuerzo de subir al Gokyo Ri pasa su correspondiente factura, pero aún así se levanta con su habitual entusiasmo, muerta de frío, pero con entusiasmo. Para continuar en la misma línea que el día anterior, nos sirven un desayuno de lo más penoso y de aspecto poco apetecible, lo que se traduce en una mala ingesta de combustible, error.
Poco después de las siete de la mañana, con las primeras luces del amanecer y los termómetros en negativo, abandonamos Thangnak rumbo al Chola Pass. El camino supera la estrecha entrada del valle, para continuar ganando altura por una sostenida pendiente a medida que la cuenca va tomando amplitud. Caminamos a un ritmo moderado, pero aún así voy notando que hoy hay algo que no funciona, algo no va bien...y no son los siete grados negativos que nos acompañan.
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Collado previo al Chola. |
Al acercarse al final de la subida, coronada en su parte alta por un collado en el que unas banderas de oración sirven de referencia, se crea una falsa sensación de...pues tampoco es para tanto...que una vez alcanzada la arista abandonas sin remedio al ver el paso del Chola...¿¿¿como se sube ahí???.... Las vistas son impresionantes, el paisaje sobrecogedor mires donde mires, un imponente valle glaciar se interpone entre nosotros y las vertiginosas paredes del Cholatse, a la espalda queda el valle que hemos remontado con la cordillera oeste del valle de Gokyo como telón de fondo, mientras al norte el glaciar nos vigila agazapado.
Toca descender al fondo del valle glaciar y atravesar la morrena, a sabiendas de que eso supone perder un buen puñado de metros de desnivel que luego tendremos que recuperar. Algo no va bien. Entre subidas y bajadas nos acercamos a las paredes del Chola, al abrigo de las cuales se encuentra un campamento de altura para quienes prefieren acortar la subida, un inhóspito lugar gobernado por el frío. A medida que nos acercamos vemos dibujarse en la pared el tortuoso camino que asciende hacia el paso, interminables zetas dibujas de forma caprichosa, mientras superamos una zona con elevado riesgo de desprendimientos de roca y hielo en las horas centrales del día. En este punto recibo una visita, que no por anunciada resulta menos dolorosa...ha llegado a verme el hombre del mazo, disfrazado de mal de altura consigue que la mochila doble su peso, la cabeza me estalla, parece que mis pulmones se han encogido, las botas llevan plomo en las suelas y la extenuante pendiente de tierra y gravilla que te lleva un paso adelante y dos atrás no ayuda mucho. Los
400 m de desnivel que recorren la pared del Chola Pass, los tengo gravados a fuego. No pienses, agacha la cabeza y tira, pero los trucos del Piri valen de poco a más de
5.000 m, cuando te falla la respiración y un intenso latido recorre tu cabeza. Rbkina no va mucho mejor, pero que no se diga que dos de Pola Llena no pueden con esto y con más. Todavía no se ni como, llegamos al collado que recibe el nombre de Paso del Chola y para nuestra sorpresa, al otro lado se extiende un helado y deslumbrante glaciar que debemos atravesar...sin encordar, sin pintxos...no comment. Paradita, agua, ibuprofeno...descenso de grado II hacia el glaciar y a seguir la huella marcada con precaución para evitar unas grietas y saltar otras. Por suerte apenas tiene pendiente y nos mantenemos bien de pié, aunque vemos alguna que otra caída.
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Headache in the Glacier. |
Salimos del Glaciar, sin duda a uno de los valles más bonitos de este planeta nuestro, cerrado por un circo rocoso y coronado por la lengua del glaciar, se extiende hacia el sureste surcado por un sinuoso torrente que por momentos recuerda a Aguas Tuertas. Al fondo el elegante y estilizado Ama Dablam 6.856 m. Arkan Tse 6.423 m, Tabuche Peak 6.337 y la inmensa, hermosa y sobrecogedora cara norte del Chola Tse 6.335 m, dominan el flanco sur mientras los picos Lobuche, East 6.119 and West 6.145, se erigen como dominadores del lado norte del valle. Un lago de aguas color turquesa alimentado por el deshielo de los glaciares colgados de los seismiles pone la guinda del pastel...sencillamente un rincón espectacular.
Acompañamos al arroyo por el fondo del valle camino de Dzonglha, donde hacemos una obligada parada para comer, he llegado medio muerto y uno de los bancos del comedor me sirve de litera improvisada mientras preparan la comida. Me fuerzo a comer, una buena ración de carbohidratos en forma de noodles, glucosa en forma de Marsrooll*, otro ibuprofeno y parece que la cosa comienza a tomar color...pero aún queda un largo camino.
Kirshna asegura que la parte que nos queda hasta llegar a Lobuche es todo...flat, flat, flat...con el día que llevo creo que tenemos distintos conceptos de flat...
Mi lento caminar de hoy ha hecho que empleáramos más tiempo del previsto en realizar el trayecto hasta aquí, por lo que hemos superado las horas centrales del día, eso aquí se traduce en nubes, tiempo inestable y frío, mucho frío...de vez en cuando se escapan ligeros copos de nieve.
Abandonamos Dzonglha atravesando un pequeño barranco para iniciar el camino en ascenso a media ladera, en busca del valle del Khumbu que vemos a lo lejos. Nuestras retinas van registrando palmo a palmo el maravilloso paisaje que se extiende ante nosotros, la dureza del entorno, los contrastes, una y otra vez la vista se dirige hacia la escarpada figura de la Dama Blanca, vigilante ante nuestra llegada a sus dominios.
El camino gira al norte y entramos en el valle del Solu-Khumbu, ascendemos por él siguiendo el marcado sendero en altura de su ladera oeste, con unas impresionantes vistas sobre el valle glaciar. Todos estamos deseando llegar a destino, el día ha sido duro. A Edu parece no haberle afectado mucho el mal de altura y se mantiene bastante bien, yo voy recuperando el tipo poco a poco y Rbkina pese a estar bastante afectada por el mal de altura, encabeza la marcha con un ritmo endiablado, la verdad que no se de donde saca la energía...empiezo a preguntarme si habrá visitado al Dr. Eufemiano Fuentes antes de venir...
A media tarde divisamos Lobuché 4.910 m, fin de la etapa reina, una pequeña aldea de altura con las típicas construcciones locales en la que nos alojamos en el Mother Earth House y donde pasamos la tarde envueltos en la chaqueta de plumas recuperando fuerzas entre té y té. Una buena cena, risas entre amigos, té caliente...y los malos ratos se van difuminando...mañana alcanzaremos la parte alta del valle...to be continued...
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