Gokyo, 25 de octubre de 2012. La alarma del suunto se activa a las cuatro de la madrugada. En un estado entre atenazado por el impresionante frío que reina en la habitación y emocionado por la ascensión, me visto como puedo dentro del saco y me como una barrita energética. Rbkina, afectada por el mal de altura, ha pasado mala noche y subirá en el segundo turno dentro de unas horas, así que salgo a la calle en busca del resto del equipo. En medio de la noche, frontales encendidos, gorros, guantes, primalofts, gores y rodeados de los centímetros de nieve caídos el día anterior, comenzamos la ascensión.
En un primer momento el camino desciende hasta la orilla del lago, para rodearlo por su orilla norte, por una pequeño sendero de piedras cubiertas de hielo que atraviesan el cauce del amplio arroyo que llega de los lagos superiores, un resbalón aquí supondría un desaconsejable baño de aguas heladas. Tras este paso, el sendero se empina inevitablemente para salvar los aproximadamente
500 m de desnivel que hay hasta la cima, ya no habrá tregua. Aún no hay huellas en la nieve, hoy somos los más madrugadores. Caminamos en silencio, siguiendo cada uno el haz del frontal que le precede, los metros se acumulan y la altura se hace patente, lento caminar, respiraciones fuertes, emoción…será nuestro primer cincomil. Unos cien metros antes de la cima el mundo que nos rodea comienza tenuemente a tomar forma delante de nosotros, apagamos las lámparas, ya no son necesarias, una ligera claridad comienza a invadirlo todo y dejamos que el amanecer nos sorprenda a pocos metros de la cumbre. Nos giramos, sacamos las cámaras y disfrutamos de uno de los mayores espectáculos que puede brindar la naturaleza…amanece sobra la cordillera del Himalaya, los héroes que descansan en sus alturas reciben los primeros rayos de sol del día…no hay palabras, solo emoción, miradas perdidas y un nudo en la garganta, me he quitado un guante para sacar las fotos y no siento ni el frío…pero mejor me lo vuelvo a poner.
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Al alba. |
Tras unos minutos de contemplación continuamos hasta la cima, donde en breve recibimos los primeros rayos de sol con los brazos abiertos, hemos hecho cumbre y a un ritmo bastante bueno…nuestro primer cincomil, abrazos, palmadas, risas, fotos…echo de menos a Rbkina.
Tras 45 minutos disfrutando de las impresionantes vistas que ofrece este monte, comenzamos a bajar, nos encontramos con el grueso del personal que está subiendo ahora y vemos reflejando en sus caras el impresionante esfuerzo que supone a estas altitudes dar un paso para subir… por el contrario bajar se hace sorprendentemente facil...
Al llegar al Lodge, nos encontramos a Rbkina y Krishna preparados para atacar la cumbre, que pese a no tener especialmente buena cara ninguno de los dos, conseguirían hacer cima y bajar en unas dos horas y 45 minutos, con una impresionante muestra de esfuerzo y sacrificio, mientras nosotros le dedicábamos tiempo a un bien merecido desayuno y unas risas al sol de Gokyo.
Una vez hubo regresado el equipo del segundo turno, y tras darles su oportuno descanso, nos ponemos en marcha dirección Thangnak. Ascendemos nuevamente a la morrena del glaciar y volvemos a contemplar el inhóspito y tenso paisaje que forma el Ngozumba. Descendemos cuidadosamente por un descompuesto sendero para atravesarlo, solo hay un camino, salirse de éste puede llevar a dar muchas vueltas infructuosas o meterse en lo que vulgarmente se llama un marrón. Parece que caminamos únicamente sobre un montón de piedras y escombros, producto de la erosión, pero una enorme grieta, una impresionante cavidad, una laguna o el estrépito que hacen algunos bloques al caer te sacan rápidamente del error, marchamos arriba y abajo siguiendo el camino sobre una enorme masa de hielo, el espectáculo es impresionante y sobrecogedor…aligeramos el paso.
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Vista de la superficie del glaciar cubierta de escombros de las laderas limítrofes. |
Salimos del glaciar por su lado este, cerca de una bandera sobre la morrena que indica el punto de salida y donde un marcado camino nos conducirá en poco más de 20 minutos a Thangnak 4.700m, la aldea que nos hará hoy de refugio, donde una espesa niebla cubre la angosta entrada del valle que lleva al Chola Pass… La aldea está situada en un lugar frío, áspero y poco acogedor, entre esa entrada, la morrena glaciar y las murallas de los seismiles. Un pequeño arroyo proveniente de los glaciares superiores discurre con sigilo por un lateral...la única explicación de que allí exista un asentamiento humano es para servir de campamento o punto de apoyo para cruzar el temido Chola Pass.
Una mala decisión nos lleva a alojarnos en el Khumbila Hotel, un sitio realmente horrible, donde la ya de por si escasa higiene del país, brilla por su ausencia, donde la comida es insufrible, donde prefieres plantar un pino a 5 bajo cero que entrar en lo que llaman WC...comer mal y con asco traería consecuencias al día siguiente...
Pasamos una fría tarde envueltos en las chaquetas de pluma, descansando cerca de la débil estufa de excrementos de yak entre historias, lecturas, gente nueva y algún paseo, la nieve nos ha respetado, mañana el paso estará limpio...to be continued
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Arde Himalaya |
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Al despuntar la mañana, tras una noche serena... |
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Silencio |
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Espectáculo matinal |
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Erupción en el Lothse. |
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Everest, Lothse y Nuptse se desperezan. |
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Mi amigo suunto |
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Haciendo patria. |
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Equilibrio |
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Joseba Hillary. |
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On the top. |
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Summit team. |
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Gokyo aún en la sombra y cubierto de nieve visto desde la cima. |
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Acucando |
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Adidas |
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Rbkina y Kirshan en la cima del Gokyo Ri. |
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El segundo turno regresa tras la conquista. |
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Desde la morrena observamos la superficie que tenemos que atravesar |
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Atravesando el glaciar. |
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Glacier point |
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Piscina climatizada con vistas. |
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Fumata blanca en el Cho Oyu |
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Kirshna ascendiendo por la morrena, dejando el glaciar a su espalda. |
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Faith |
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El camino que lleva Thangnak. |
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Al fondo entre la niebla, la entrada al valle que lleva al Chola Pass. |
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Humor nepalí. |
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Tent |
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Anochece sobre Thangnak |
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