ACUCAR: En Asturias, espiar, mirar a escondidas.

lunes, 25 de febrero de 2013

INVERNAL CON ESQUÍS AL PICO CANAL ROYA





Lunes, martes, esta semana solo llevo dos días currando pero ya parecen quince. Por suerte me ha llovido del cielo un miércoles anticiclónico, un pirineo cargado de nieve y vacaciones del año anterior sin consumir, así que cuelgo el disfraz de currito me pongo el de monte y Auf Wiedersehen. Pese a que el riesgo de avalanchas se ha reducido en los últimos días (2 moderado por encima de los 2.000), para ir de solanas con este paketón de nieve que tenemos, prefiero buscar una mañanera facilita que me permita disfrutar y despejar la cabeza, y tras muchas vueltas me decanto por hacer un poco el ganso en el Portalet, el destino final…sobre la marcha.
Salgo de casa sin mucha prisa repitiendo casi de memoria las curvas del pantano de Yesa y pensando en la esperada Autovía, en fín…y al llegar a Biescas un luminoso indica Portalet cerrado en la vertiente francesa, nuestros vecinos del norte se han cansado de limpiar la carretera.
Al llegar arriba me quedo alucinado con la cantidad de nieve acumulada, es realmente espectacular y si a todo esto sumamos un día de sol radiante sin una sola nube…como diría un buen amigo…pa llorar.
Aparco el coche en un hueco que ha limpiado una pala frente a la Venta Sancho, preparo el arva (todavía no sé para qué, porque voy solo y aquí no se ve ni al apuntador), monto mochila y esquís y me encamino hacia la frontera (1.794 m). La carretera del lado francés literalmente ha desaparecido, las señales están enterradas y se intuyen en algún punto los postes de baliza de los laterales, así que decido aprovecharlo y sin montar focas me deslizo dirección norte hacia donde se supone que en algún lugar bajo la nieve está el parking de Aneu. A medio camino veo un perro que me suena muchísimo ¡pero si es Zoli!...y como era de esperar unos metros más atrás, fokeando “carretera” arriba, aparece mi amigo Raúl, el Crack de Guías de Jaca, que regresa de Pombie donde lleva desde el domingo trasteando con las chimeneas y canales del Midi…charlamos un rato y luego continúo ruta, he decidido repetir jugada en el Pico Canal Roya, me da buen feeling para hoy.
¿Seguro que aquí había una carretera?
Desciendo hasta el fondo del valle (1.710 m), coloco las fokas, saludo oportunamente al Midi y me encamino rumbo al oeste hacia el vistoso grupo de cabañas semienterradas. El volumen de nieve es tal que no hay arroyos, los barrancos por los que discurren están totalmente cubiertos.
Una vez superadas las cabañas, continúo por un marcado barranco de pendientes suaves con la referencia siempre visible de la Pène de la Glere, cuyas inclinadas laderas en sombra ofrecen cierto respeto y procuro pasar lo más rápido posible al salir del barranco.
El camino se abre en la Plaa de la Grandillère, entre el pico del mismo nombre y las laderas de la Peña Blanca, ofreciendo una espléndida vista del circo en el que se enmarca el Pico de Canal Roya. Al fondo a la derecha, en el Col de Houer, se observa una marcada cornisa justo encima de una placa con cara de pocos amigos, mejor no acercarse. Aquí las pendiente se endurece ligeramente y a medida que voy ascendiendo por una marcada huella voy fijándome que la nieve está increíble y se presentan infinidad de posibilidades para la bajada…se me hace la boca agua. Hay que girar hacia el sur para colocarse bajo las laderas de circo, y poder así atacar el collado del Canal Roya trazando una diagonal hacia el norte. Aquí me encuentro con las únicas personas que vería en todo el camino, tres aragoneses de Sabiñánigo que me corroboran el excepcional estado de la nieve incluso en la parte alta.
Una vez superadas las rampas que llevan al collado comienzo a navegar dirección sur por una hermosa pala sostenida que lleva a la cima y me va susurrando…baja por aquí, baja por aquí, la verdad es que tiene muy buena pinta, tentador.
Algo más de dos horas después de dejar el coche alcanzo la cima del Pico de Canal Roya (2.345 m), situado sobre la misma cresta en la que se enmarca el Pico Malacara,  el día esta totalmente despejado y las vistas bien merecen el esfuerzo. El manto blanco le confiere al Pirineo un encanto especial y hoy no falta nadie a la fiesta, desde los occidentales como el Anie a los tresmiles más cercanos como el Garmo Negro, pasando por Aspe y Bisaurín, Midi y Anayet, un lujo.
Tras un buen rato disfrutando del espectáculo, me decido por la pala noroeste hacia el collado…tiene algo que me llama. Sin palabras, la calidad de la nieve llega al extremo de permitir los giros conducidos con la facilidad de una pista. Tras el collado, la única pala con unos 30º me hace disfrutar de una forma impresionante. A partir de aquí me dedico a zigzaguear por la ladera norte del barranco ya que la sur se ve demasiado transformada y me encamino serpenteante hacia el Portalet, tratando de salir lo más alto posible para acortar todo al máximo la fokeada hasta el coche.
Cañita con limón y bocata de longaniza casera en la Venta Sancho. Una mañana redonda.

Desnivel positivo acumulado: 700 m
Desnivel negativo acumulado: 700 m
Orientación pala cimera:  N-O
Orientación pala del collado: E
Distancia ida y vuelta: 10.4 Km
Inclinación máxima aproximada: 30º
Dificultad: Media-Baja (En dependencia directa de las condiciones de la nieve).
En función de la estabilidad del manto nivoso, posibilidad de aludes en las laderas N del Pène de la Glère.

Algo de nieve si que hay si.

Vista principal de destino desde "la carretera".

Sigue la huella y ve hacia la luz.


Rumbo al barranco.

Vuelvo la cámara a mitad de barranco.

Rampa final del barranco.


Un vistazo atrás.

Péne de la Glere.

Coll de Houer.

En la Plaa de la Grandillere



Última pala a la cumbre.

Bisaurín impresionante.

Aspe and friends.

El jefe de la barraca.

Infiernos.

Mi compañero de ruta.

Cremita y todo "pa bajo"

Be careful with...

La carretera.


¿Alguien ha visto mi pala?

Una foto vale más que mil palabras.
Perfil de ruta

Mapa de ruta.

viernes, 15 de febrero de 2013

Nepal. Día 15. Gokyo- Gokyo Ri- Thangnak


Gokyo, 25 de octubre de 2012. La alarma del suunto se activa a las cuatro de la madrugada. En un estado entre atenazado por el impresionante frío que reina en la habitación y emocionado por la ascensión, me visto como puedo dentro del saco y me como una barrita energética. Rbkina, afectada por el mal de altura, ha pasado mala noche y subirá en el segundo turno dentro de unas horas, así que salgo a la calle en busca del resto del equipo. En medio de la noche, frontales encendidos, gorros, guantes, primalofts, gores y rodeados de los centímetros de nieve caídos el día anterior, comenzamos la ascensión.
En un primer momento el camino desciende hasta la orilla del lago, para rodearlo por su orilla norte, por una pequeño sendero de piedras cubiertas de hielo que atraviesan el cauce del amplio arroyo que llega de los lagos superiores, un resbalón aquí supondría un desaconsejable baño de aguas heladas. Tras este paso, el sendero se empina inevitablemente para salvar los aproximadamente 500 m de desnivel que hay hasta la cima, ya no habrá tregua. Aún no hay huellas en la nieve, hoy somos los más madrugadores. Caminamos en silencio, siguiendo cada uno el haz del frontal que le precede, los metros se acumulan y la altura se hace patente, lento caminar, respiraciones fuertes, emoción…será nuestro primer cincomil. Unos cien metros antes de la cima el mundo que nos rodea comienza tenuemente a tomar forma delante de nosotros, apagamos las lámparas, ya no son necesarias, una ligera claridad comienza a invadirlo todo y dejamos que el amanecer nos sorprenda a pocos metros de la cumbre. Nos giramos, sacamos las cámaras y disfrutamos de uno de los mayores espectáculos que puede brindar la naturaleza…amanece sobra la cordillera del Himalaya, los héroes que descansan en sus alturas reciben los primeros rayos de sol del día…no hay palabras, solo emoción, miradas perdidas y un nudo en la garganta, me he quitado un guante para sacar las fotos y no siento ni el frío…pero mejor me lo vuelvo a poner.


Al alba.
Tras unos minutos de contemplación continuamos hasta la cima, donde en breve recibimos los primeros rayos de sol con los brazos abiertos, hemos hecho cumbre y a un ritmo bastante bueno…nuestro primer cincomil, abrazos, palmadas, risas, fotos…echo de menos a Rbkina.
Tras 45 minutos disfrutando de las impresionantes vistas que ofrece este monte, comenzamos a bajar, nos encontramos con el grueso del personal que está subiendo ahora y vemos reflejando en sus caras el impresionante esfuerzo que supone a estas altitudes dar un paso para subir… por el contrario bajar se hace sorprendentemente facil...
Al llegar al Lodge, nos encontramos a Rbkina y Krishna preparados para atacar la cumbre, que pese a no tener especialmente buena cara ninguno de los dos, conseguirían hacer cima y bajar en unas dos horas y 45 minutos, con una impresionante muestra de esfuerzo y sacrificio, mientras nosotros le dedicábamos tiempo a un bien merecido desayuno y unas risas al sol de Gokyo.
Una vez hubo regresado el equipo del segundo turno, y tras darles su oportuno descanso, nos ponemos en marcha dirección Thangnak. Ascendemos nuevamente a la morrena del glaciar y volvemos a contemplar el inhóspito y tenso paisaje que forma el Ngozumba. Descendemos cuidadosamente por un descompuesto sendero para atravesarlo, solo hay un camino, salirse de éste puede llevar a dar muchas vueltas infructuosas o meterse en lo que vulgarmente se llama un marrón. Parece que caminamos únicamente sobre un montón de piedras y escombros, producto de la erosión, pero una enorme grieta, una impresionante cavidad, una laguna o el estrépito que hacen algunos bloques al caer te sacan rápidamente del error, marchamos arriba y abajo siguiendo el camino sobre una enorme masa de hielo, el espectáculo es impresionante y sobrecogedor…aligeramos el paso.
Vista de la superficie del glaciar cubierta de escombros de las laderas limítrofes.
Salimos del glaciar por su lado este, cerca de una bandera sobre la morrena que indica el punto de salida y donde un marcado camino nos conducirá en poco más de 20 minutos a Thangnak 4.700m,  la aldea que nos hará hoy de refugio, donde una espesa niebla cubre la angosta entrada del valle que lleva al Chola Pass… La aldea está situada en un lugar frío, áspero y poco acogedor, entre esa entrada, la morrena glaciar y las murallas de los seismiles. Un pequeño arroyo proveniente de los glaciares superiores discurre con sigilo por un lateral...la única explicación de que allí exista un asentamiento humano es para servir de campamento o punto de apoyo para cruzar el temido Chola Pass.
Una mala decisión nos lleva a alojarnos en el Khumbila Hotel, un sitio realmente horrible, donde la ya de por si escasa higiene del país, brilla por su ausencia, donde la comida es insufrible, donde prefieres plantar un pino a 5 bajo cero que entrar en lo que llaman WC...comer mal y con asco traería consecuencias al día siguiente...

Pasamos una fría tarde envueltos en las chaquetas de pluma, descansando cerca de la débil estufa de excrementos de yak entre historias, lecturas, gente nueva y algún paseo, la nieve nos ha respetado, mañana el paso estará limpio...to be continued







Arde Himalaya

Al despuntar la mañana, tras una noche serena...

Silencio

Espectáculo matinal

Erupción en el Lothse.


Everest, Lothse y Nuptse se desperezan.


Mi amigo suunto


Haciendo patria.



Equilibrio

Joseba Hillary.

On the top.

Summit team.

Gokyo aún en la sombra y cubierto de nieve visto desde la cima.

Acucando



Adidas


Rbkina y Kirshan en la cima del Gokyo Ri.


El segundo turno regresa tras la conquista.

Desde la morrena observamos la superficie que tenemos que atravesar

Atravesando el glaciar.

Glacier point



Piscina climatizada con vistas.

Fumata blanca en el Cho Oyu

Kirshna ascendiendo por la morrena, dejando el glaciar a su espalda.

Faith


El camino que lleva Thangnak.

Al fondo entre la niebla, la entrada al valle que lleva al Chola Pass.

Humor nepalí.

Tent


Anochece sobre Thangnak