Lunes 22 de octubre. Se ha
acabado el resting day. Seis y media en pié, a las 7 empiezan a circular
tortillas, pancakes, tes, tibetan bread, algún tazón de corn flakes y poco
después de las 7 y media, pateando.
Primera etapa en altura, vamos a
ver como responden cabeza y piernas. El día ha amanecido frío pero totalmente
despejado y prevemos una etapa al sol, ya que según hemos visto en los mapas, el
camino discurre por una media ladera de orientación este bastante abierta por
lo que cabe esperar que Lorenzo nos
acompañe hasta destino.
La jornada arranca en un cómodo
ascenso compartiendo senda con la concurrida ruta principal hacia el Campo Base
del Everest, pero poco después de Kyangjuma, con el altímetro señalando los 3.600 m de altitud, fieles
al discurrir del cauce del Dudh Koshi, abandonamos dicha ruta y nos adentramos
en el impresionante valle de Gokyo. Las vistas desde primera hora son impresionantes.
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La Dama Blanca vigila nuestro caminar. |
Alcanzamos los 4.000 m en una pequeña loma
próxima a Mong, junto a una bonita stupa conmemorativa del nacimiento del Lama
Sange Dorje, (podría haber escrito
cualquier otro nombre que sonara raro y hubiera quedado igual de cultureta),
un lugar ideal para darse un respiro y contemplar unas estupendas vistas de la
entrada del valle, el encuentro entre el Dudh Koshi y sus afluentes del Khumbu,
a lo lejos el monasterio de Tengboche, y en la ladera opuesta la peculiar aldea
de Phortse, situada sobre una meseta colgada justo en el vértice del macizo que
separa la entrada de los dos valles Gokyo y Khumbu.
Tras el ascenso de más de 600 m, como no podía ser de
otra forma, toca descender unos 300
m para llegar a la pequeñísima aldea de Phortse Tenga,
todo sea por comer. Un impresionante plato de pasta y unos deliciosos momos,
aplacan nuestra hambre feroz y rellenan nuestros vacíos depósitos de
carbohidratos, preparándolos para afrontar el resto del día…
Si habíamos bajado, tocaba subir…y
bien, 300 m
sin piedad que comienzan con un tramo de escaleras de los que te hacen recordar
a Rocky Balboa en el Philadelphia Museum Art y con un sentimiento especial a la
progenitora del promotor de la escalera.
Rbkina continúa devolviéndome una
detrás de otra las palizas del Piri, a pesar del tobillo, está muy fuerte y
gana metros con facilidad, mi proceso de aclimatación va un poco más lento y un
ligero dolor de cabeza me está avisando de que tengo que bajar el ritmo, de
todas formas tampoco tengo prisa…estoy de vacaciones…así que irremediablemente
me quedo un poco rezagado disfrutando del hermoso paisaje y cantando viejas
canciones…eras la niña de azul, en un
colegio de monjas…
Entre tema y tema de Los Suaves,
veo el paisaje cambiar, la altitud hace de las suyas con la vegetación, y pese
a algún sorprendente tramo de bosque de rododendros a casi 4.000 m, el monte bajo y la
piedra van ganando terreno, el valle se torna cada vez más salvaje, más
inhóspito….impresionantemente hermoso.
Llegamos a la diminuta aldea de Dole
4.038 m
(por mucho que los mapas indiquen 4.200),
nuestro destino de hoy, con el sol todavía alto sobre nuestras cabezas y
buscamos refugio en el encantador Dole Resort…no os dejéis engañar por el nombre…y conseguimos una habitación
orientada al sur, bañada todavía por los últimos rayos de sol que mantienen la
estancia a una temperatura muy agradable.
No hay opción de ducha ya que a
esta altitud no es muy recomendable, pues lo más fácil es que te cojas un
catarro o algo peor, así que nos aseamos de aquella manera con unas toallitas y
nos vamos al salón común, desde dónde vemos como el sol abandona Dole y el
termómetro comienza a descender inevitablemente de forma vertiginosa, es hora
de acercarse a la estufa, una pequeña merienda, grabar el diario, una partida
de cartas…la cena a las seis y media, y la cama a las ocho, el salón común hace
las veces de dormitorio para la familia que regenta el Lodge y fuera hace un
frío horrible así que no hay opción…mañana continuaremos ascendiendo…to be
continued.
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Caminar con vistas al Everest...¿cómo explicarlo? |
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Stupa de Mong |
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Phortse, la aldea que preside la entrada a los dos valles. |
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Tan cerca y tan lejos |
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Con la lengua fuera. |
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La soleada senda a media ladera que recorre el valle hacia Phortse Tenga. |
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¿Serac o no serac? |
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Edu otea el horizonte en una pose propia del mismísimo Légolas hijo de Thranduil. |
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¿Pandébano? |
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Vista atrás hacía la entrada del valle de Gokyo |
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De punta en blanco |
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Rbkina Total III. Ritmo en la escalera. |
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Otoño en Nepal. |
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Fieles al Dudh Koshi |
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A mi ritmo |
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El momento de relajación... |
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Lo que se llama mirar "pa dentro"
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Momos dos salsas |
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Tengo que hacer un poco el tonto donde quiera que voy....¡venga pa la cama! |
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